escribe mujer

...ordenar todo con palabras...

martes, 26 de octubre de 2010

Silencio.

 
Toda la habitación esta llena de vacío y todo el vacío acompañado de soledad.
Mi mirada y tu miada se encuentran bailando al compas de este silencioso vals.
Los pies, la manos, los brazos no dicen nada, sin embargo, todo el cuerpo habla.
Y un rocío sereno humedece nuestro encuentro.
Tus manos deshojan toda la rama del árbol caído.
Mis manos dibujan tu rostro en el aire.
Se oye el corazón acelerarse y yo me siento acurrucada en su música.
Todo mi cuerpo se encoje y me vuelvo una niña otra vez.
Algunas palabras de las que me conforman escapan volviéndome yo incompleta.
Silencio. "La noche esta serena" susurran en mis oídos. Son tus manos que me hablan.
"La noche esta serena" te susurro y luego, silencio.

domingo, 17 de octubre de 2010

.Cabeza de Novia.

¡Cabeza de novia! ¿Lo escuchaste?
“Cabeza de novia” me grita el desgraciado. No querido, yo de novia no tengo ni el ínfimo, miserable y cobarde pelo que nace detrás de las orejas y tras ellas se escudan.
Podré tener cabeza de tango, de rock o de jazz, pero nunca esta arrabalera va a tener cabeza de novia.
Puedo bailar, reír y hasta llorar, pero nunca con cabeza de novia.
Me voy a acostar en el bandoneón y quizás mañana me enamore algún galán, pero con cabeza de novia ¡jamás!

chim pom!

martes, 5 de octubre de 2010

¡Me pintaron la aldea!

Sí, así es, me pintaron la aldea. Salí de mi mundo blanco y negro, me fui a vacacionar. Y cuando volví me habían pintado la aldea.
Mira, vos decime lo que quieras, que el arte, que el color, que la pluralidad... Yo vivía en mi mundo en ruinas, blanco y negro, (¿Qué otro color necesitaba?) Y ahora me pintaron la aldea. Y sí, soy reiterativa en el término, porque me enoja, porque no lo pedí, porque un día volví y la aldea estaba pintada. Además al parecer esto se expande, como bacteria. Los colores se reproducen, ahora todas las aldeas se pintan. Hasta aparecen un par de locos anónimos que salen como de una cueva, levantan la frente y cazan el pincel… Todos pintándome la aldea. ¡¿Me podes creer?! ¡La mía! la incolora, la aburrida. Incluso en el medio de esos locos de los pinceles hay unos que se creen parte del mar, y ¿no voy a la orilla del mar y me encuentro con que tiene color? Parece un chiste, ¡todo colorido! Miro para arriba y hay color, para donde mires hay color.
Parece que hay un montón de locos, faltaba que aparezca uno con el pincel para que todos salgan a pintar.
¿Qué? ¿Qué tengo? ¿Color? Y sí, me pintaron la aldea.


Cuadro: "Cita con lluvia", Leonid Afremov.

El texto hace referencia a