escribe mujer

...ordenar todo con palabras...

viernes, 10 de diciembre de 2010

•Angustia.


Tengo una angustia galopante (¿La angustia galopa?)
La mía sí, me dan ganas de salir corriendo.
Correré como quien escapa de las sombras,
Como quien intenta huir de todo
Y más allá siempre habrá un más allá, y eso desespera...
No tengo escapatoria.
¿Utopias? ¿De qué me sirven? si todas son ausentes siempre presentes.
Correré pues, a donde ya no hay ni la mínima voz mental.

martes, 7 de diciembre de 2010

•Palabras entre Dientes•

Una escuálida figura es lo que quedo

Luego de tantas promesas, tantas risas, tanto llanto,
de tantos sueños compartidos.
¿Por qué? ¿Por qué fui tan tonta de caer en la maldita trampa?

Confiar en ti ciegamente, ciega-mente.
¿Dónde despertaste? ¿Por qué en el fondo no despierto?

Me encantaría no tener el sentimiento extremo.
Tal vez si para mi fuese mas fácil enamorarme sufriría menos,
no lo se.

En el fondo soy una idiota sentimental.
Debo ser fuerte, no debo llorar.

Clavaré las lágrimas a mis ojos.
¿Qué veo? ¡Una mascara! Parece alegre, me la pondré

¡No! No volveré a usar mascara
Mírame, estoy triste

Si, a veces te recuerdo y vuelvo a llorarte.
Hay heridas que van sanando

Y creo que el llanto me ayuda un poco.


domingo, 28 de noviembre de 2010

Encuentro casual y causal.

Frío.
Hola ¿Cómo estas?
sonrisa idiota.
Beso inesperado.
Caminata innecesaria.
Te extrañé.
Miles de frases hechas.
Calor.
Manos torpes.
Labios ansiosos.
Yo también te extrañé.
Respiración acelerada.
Besos apasionados.
Adios.
Cielo para ver.
Adios. 

martes, 26 de octubre de 2010

Silencio.

 
Toda la habitación esta llena de vacío y todo el vacío acompañado de soledad.
Mi mirada y tu miada se encuentran bailando al compas de este silencioso vals.
Los pies, la manos, los brazos no dicen nada, sin embargo, todo el cuerpo habla.
Y un rocío sereno humedece nuestro encuentro.
Tus manos deshojan toda la rama del árbol caído.
Mis manos dibujan tu rostro en el aire.
Se oye el corazón acelerarse y yo me siento acurrucada en su música.
Todo mi cuerpo se encoje y me vuelvo una niña otra vez.
Algunas palabras de las que me conforman escapan volviéndome yo incompleta.
Silencio. "La noche esta serena" susurran en mis oídos. Son tus manos que me hablan.
"La noche esta serena" te susurro y luego, silencio.

domingo, 17 de octubre de 2010

.Cabeza de Novia.

¡Cabeza de novia! ¿Lo escuchaste?
“Cabeza de novia” me grita el desgraciado. No querido, yo de novia no tengo ni el ínfimo, miserable y cobarde pelo que nace detrás de las orejas y tras ellas se escudan.
Podré tener cabeza de tango, de rock o de jazz, pero nunca esta arrabalera va a tener cabeza de novia.
Puedo bailar, reír y hasta llorar, pero nunca con cabeza de novia.
Me voy a acostar en el bandoneón y quizás mañana me enamore algún galán, pero con cabeza de novia ¡jamás!

chim pom!

martes, 5 de octubre de 2010

¡Me pintaron la aldea!

Sí, así es, me pintaron la aldea. Salí de mi mundo blanco y negro, me fui a vacacionar. Y cuando volví me habían pintado la aldea.
Mira, vos decime lo que quieras, que el arte, que el color, que la pluralidad... Yo vivía en mi mundo en ruinas, blanco y negro, (¿Qué otro color necesitaba?) Y ahora me pintaron la aldea. Y sí, soy reiterativa en el término, porque me enoja, porque no lo pedí, porque un día volví y la aldea estaba pintada. Además al parecer esto se expande, como bacteria. Los colores se reproducen, ahora todas las aldeas se pintan. Hasta aparecen un par de locos anónimos que salen como de una cueva, levantan la frente y cazan el pincel… Todos pintándome la aldea. ¡¿Me podes creer?! ¡La mía! la incolora, la aburrida. Incluso en el medio de esos locos de los pinceles hay unos que se creen parte del mar, y ¿no voy a la orilla del mar y me encuentro con que tiene color? Parece un chiste, ¡todo colorido! Miro para arriba y hay color, para donde mires hay color.
Parece que hay un montón de locos, faltaba que aparezca uno con el pincel para que todos salgan a pintar.
¿Qué? ¿Qué tengo? ¿Color? Y sí, me pintaron la aldea.


Cuadro: "Cita con lluvia", Leonid Afremov.

El texto hace referencia a

jueves, 30 de septiembre de 2010

Apoyo total a los hermanos ecuatorianos...

Viva la democracia en Americalatina!

viernes, 24 de septiembre de 2010

Aquella

Aquella que todo perdió, que nada perdió.
Que todo fue nada y esa nada lo fue todo.
Aquella que suspira pensando en nada, pensando en todo.  

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Lluvia y Recuerdo

     Algunos se quejan de los días de lluvia. La gran mayoría de la gente esboza miles de quejas con razón sobre lo dificultoso que es trasladarse, la ropa que no se seca, el pelo que se esponja y eriza, el agua que tapa todo, el transito complicado, la gripe venidera, etcétera, etcétera. Pero yo, sin embargo, me quejo por una sola cosa, por una terrible cosa, el recuerdo. Esa maldita manía de traer a la mente momentos vividos.
     Hay, no se bien por qué, una gran cantidad de momentos que vivimos juntos que  transcurrieron en días de lluvia.
     Hay tantos besos tirados que fueron en días de lluvia. No hablo ahora de esos besos fríos y distantes del último tiempo, no hablo de esos besos meditados, de esos besos miedosos que se dan con arrepentimiento y pidiendo perdón, sino de esos besos cálidos, húmedos, de esos besos habladores que dicen todos aquellos sentimientos que no pueden expresarse porque cuando estas con Esa persona las ideas se bifurcan, se esfuman, se evaporan, se mutilan y la mente se convierte en un lugar tan enmarañado que soltar algo acorde se torna una tarea imposible. No creo que no hayan palabras, porque una cosa es que no hayan y otra es ignorarlas, y creo que las ignoramos, sólo eso.
     En fin, hoy recordé las sonrisas, las trotadas saltando charcos, los abrazos, las caricias y todos esos malditos momentos que en algún tiepo fueron bellos pero luego se tornaron desagradables. Desagradables como una flor que se marchita ¡Ni eso! porque algunas fores marchitas conservan la belleza. Como una flor marchita, deshojada, embichada y con feo olor (Tal vez exageré, no lo se).
     Me gustaría borrar esos momentos como si estuviesen escritos con tiza, pero creo que yo estoy escrita con tiza y hoy llueve y me borro.

Cesia Rushan.

viernes, 13 de agosto de 2010

(...) Es un horror volver a casa y encontrarse con una serie de reproches, lo peor de todo es que la gran mayoría (no todos) son reproches con mucha razón. Así que escuché la larga fila de inconvenientes, peros y porqués de mi comportamiento, mis decisiones, etcétera.
Escuché bien callada todo lo que mi queridísima madre tenía para decir, no le dije nada, asentí cuando tenía razón y quede mirando al piso cuando no. Si algo aprendí en estos años es a no contradecir lo que dice mi vieja, por varios motivos, pero el principal es que no hay posibilidad de acuerdo o puntos de inflexión, jamás da el brazo a torcer, es envidiable su terquedad. Cuando no tiene argumentos es simplemente porque lo dice ella, y fin de la discusión. Al ser madre, creo que merece ese respeto de hacer ley su palabra, prefiero no contradecirla. En fin, mañana será otro día. (...)

(Fragmento de algo que está en construcción, aún sin titulo)

jueves, 22 de julio de 2010

¿Cuánto tiempo le llevará a tus días ser días?
¿Cuánto tiempo el tiempo se te escurrirá?
¿Y será que sólo cuando encuentres a alguien regularás tu reloj?
¡Ay niña! pobre de ti.
Regula tu tiempo porque él no lo hará por ti.
Abre las ventanas y comienza a vivir...
Tu tiempo es el tiempo que transcurre.
Cesia.

miércoles, 14 de julio de 2010


Lo menos frecuente en este mundo es VIVIR.
La gran parte de la gente EXISTE, eso es todo.

Oscar Wilde.

lunes, 28 de junio de 2010

La Muchacha

La muchacha está entre los árboles, entre las manzanas, entre el desconcierto. Ríe, llora, habla y calla. En este preciso momento el árbol se corre, la muchacha queda inmóvil, la soledad es la soledad. Las manzanas se pudren, se mueren. Los gusanos corroen todo a su paso, colocan capullos, crean mariposas.
La muchacha está quieta, serena, blanca, muerta. El desconcierto esta presente aunque se camufle entre la nada. Ella con sus manos frías busca la certidumbre que no está y nadie le ha dicho, porque nadie dice nada, todos se marchan.
La muchacha se levanta, se mueve, busca… pero nadie hay y nadie hubo después de que todos no estuvieron. Ella no hace nada, ahora no ríe, no llora, no habla y calla todo.
Por fuera la muerte, el frío, la daga. De su sangre beben las manzanas, los árboles y el desconcierto. Ella corre, la sangre fluye. ¿Quién sabrá decirle si esta muerta o viva mientras corre? ¡Nadie! O todos…
Ahora come una manzana, aplasta un gusano, riega un árbol, descubre una certeza.
Ahora hay fuego, todo se disipa, la muchacha corre, huye de las llamas, se evapora, huele a humo. Descubre a ellas, las peinadas, las pintadas, las arregladas. Quieren que ella beba su sangre. Ella se niega, se despeina, se reusa. Todos se marchan.
La tinta se mezcla con su sangre. Ya no es roja, ni azul, ahora es púrpura. Nadie quiere beberla, da miedo. Ella se siente sola, solitaria en su soledad.
No esta sola, pero no lo ve. El la mira pero ella no lo ve, ya no ve. El tiene los ojos de ella en sus manos. Sigue muerta, ya no corre, esta agotada, sigue fría. Sus ojos lo miran, la vida crece, su sangre púrpura es azul, es roja, es blanca. Los ojos en su lugar, los brazos abrazan a aquel que la mira, las manos de él en su corazón que hace palpitar.
Ya no esta fría, ahora esta tibia. Comienza a caminar lentamente. Se tropieza, se levanta. Sus rodillas están raspadas, torpe toda, no sabe caminar bien. A veces se siente sola, vuelve a morder alguna manzana.
Ahora es eterna y vaporosa. Descubre sus pies, baila, eleva su pollera. Mira al sol, lastima sus ojos, quiere ver las estrellas.
Descubre al pájaro azul, lo ama, lo anhela, lo piensa. El pájaro la lleva a volar, le muestra su jaula, la desarma, bebe su sangre y la encierra. Ella llora con sus dos ojos, luego con uno, hasta que el ojo sangra y ya no llora. El que la mira vuelve a rescatarla, abre su jaula, hace que beba de su sangre, la arma.
Ella ahora vuela, vuela lejos, pero le teme a los pájaros, y más a los azules y a las jaulas. Quiere volver a sentir eso que sintió o no sintió cuando descubrió al maldito pájaro. Llora, ríe, habla. Por su sangre las palabras son sangre, que se mezclan con la tinta y con la música. Ahora vuela, corre, camina, ve.

Cesia.

lunes, 21 de junio de 2010

•Tu Viento•


Esta vez no encuentro más que aire

Eso por soplar todo

Tu viento no es mi viento

Definitivamente no hay nuestro viento

Correré hacia el sol.


•Cesia.

domingo, 20 de junio de 2010

Dialogando Conmigo


- ¿Otra vez hablando sola como los locos?

- No estoy hablando sola, hablo con Cesia...

- ¡Vos sos Cesia!

- Si, yo y ella.

- ¿Quién?

- ¡La otra Cesia! Mira, somos muchas cesias ¿si?
Y vivimos todas juntas, pero hoy hablo con ella.

- Estas loca...

- Si, todas lo estamos.

•Cesia.